Amistad,
bondad y encanto al servicio de la pintura: entusiastas
cualidades que hacen de esta artista normanda una
creadora original y llena de maestría.
Jacqueline FOURNIER, tras unos años
en los que la abstracción y el lirismo le permitieron
afirmar su personalidad, ahora se dedica a un realismo
muy especial, enriqueciéndolo con una pincelada
cada vez más untuosa.
A Rouen, su ciudad, Jacqueline FOURNIER
la conoce y la pinta incansablemente con una gracia
y una poesía dónde se expresan sus cualidades
de pintora, pero también su sensibilidad para
con los lugares y los movimientos que anima con una
eficacia precisa. En cuanto a las composiciones florales,
Jacqueline FOURNIER les da una delicada elegancia
y una vitalidad que demuestran su hermosa paleta de
colores y su facilidad para componer un conjunto idealmente
atractivo.
André
RUELLAN, Crítico de arte. |