Julia LEGOUX
El viaje interior
Cuando uno es auténtico, pasa a través
de todo sin problemas
(…) Julia Legoux, un feliz mestizaje de desparpajo y
dominio de sí misma, practica quizá una forma
de autorretrato sin saberlo. Sus mujeres jóvenes aparecen
a menudo de dos en dos. Una de las dos domina, la otra es
introvertida, metáfora de la dualidad que habita en
cierto modo dentro de cada uno de nosotros…
… Uno acaba por ser aceptado... a condición de
que enfrente tengamos a alguien que esté también
en el camino de la verdad. La muerte, es para mí la
parte que ocupa Dios. Es la parte elegante del ser humano.
Cada uno de nosotros tiene que aprender a abatir al dragón.
La pintura suscita una vibración, una emoción
que se transmite de un ser al otro. Un día, una niña
que estaba en dificultades me dijo: “Sabes, Julia, eres
pintora. Se ve enseguida. No cuando haces, sino cuando dices”.
“Siendo pequeña, me acuerdo del placer que sentía
cuando, cada mañana, la maestra escribía la
fecha en la pizarra. Siempre me decía a mí misma:
cuando sea mayor, me gustaría sentir esta felicidad.”
Hoy por hoy, podemos afirmar, sin demasiado temor a equivocarnos,
que Julia Legoux es una mujer feliz. A menudo, incluso, se
confiesa sorprendida por su “éxito”.
Luis PORQUET - Febrero
2005
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